Audio 4 para emprendedores

Te saboteas cuando empiezas a mejorar

Eres tu mayor hater

Más audios de Mentalidad
voy sin dirección y eso me está matando
estoy quemado mentalmente
tus excusas suena bien... justo por eso te frenan
te saboteas cuando empiezas a mejorar
el control absoluto te está dejando pequeño
tu entorno no te sostiene
esa decisión que llevas posponiendo
entrega más de lo que ofreces

Introducción: Cuando todo empezaba a ir bien… y lo rompes

Sabes de lo que hablo.

Empiezas a entrenar y te ves mejor… y de repente dejas de ir.
Tu proyecto arranca, llegan clientes, hay movimiento… y sin saber cómo, te bajas el ritmo.
Conoces a alguien que encaja contigo… y empiezas a discutir por tonterías.
Te ofrecen una oportunidad grande… y te llenas de dudas, excusas y “ya veré”.

Desde fuera parece mala suerte. Desde dentro parece “algo me pasa”.
La verdad es más sencilla y más incómoda:
no es que el mundo te sabotee, eres tú.
No por tonto. No por flojo.
Por miedo a la persona en la que te estás convirtiendo cuando las cosas empiezan a funcionar.

Este artículo acompaña al audio “Te saboteas justo cuando empiezas a mejorar”
y está diseñado para que entiendas qué hay detrás de ese patrón…
y cómo empezar a salir de ahí sin destruir, otra vez, lo que estabas construyendo.

No es mala suerte, es un patrón

Cuando algo empieza a ir bien y misteriosamente “se tuerce”, solemos mirar fuera:
el mercado, la gente, el contexto, el tiempo, Mercurio retrógrado.

Pero si miras con honestidad, verás señales muy concretas:

- Desapareces cuando llegan oportunidades que tú mismo pediste.

- Rompes hábitos que te estaban funcionando “porque un día no te apetece”.

- Restas importancia a tus logros, cambias de tema cuando te reconocen.

- Empiezas a generar drama donde no lo había.

No es casualidad.
Es tu mente intentando devolverte a un terreno conocido.

Y aquí está la clave:
tu miedo no es solo a fracasar.
Tu miedo es a lo que implica sostener el éxito, la estabilidad, el compromiso, el siguiente nivel.

El verdadero miedo: tu versión grande

El autosabotaje es un mecanismo de protección.
Distorsionado, pero protección al fin y al cabo.
Tu sistema interno piensa algo así:

“Si crezco, voy a perder algo. Mejor freno antes.”

Vamos a ponerle nombre a las tres raíces más comunes de este patrón.

1. Miedo a perder tu vieja identidad

Tu “yo” actual, con sus excusas, sus límites y sus historias, es conocido.
Sabes cómo ser esa persona.
Sabes cómo explicarte, cómo quejarte, cómo justificarte.

Cuando empiezas a mejorar, una parte de ti siente que ese “yo” se muere.
Y duele.

Porque si ya no eres el que “casi llega”, el que “está en proceso”, el que “lo intenta”...
entonces tienes que ser el que
hace.
El que muestra.
El que se expone.

Tu vieja identidad se defiende saboteando lo nuevo:
te hace llegar tarde, dejar hábitos, “olvidar” compromisos, bajar el volumen cuando brillas.
No porque seas débil, sino porque tu mente asocia lo conocido con seguridad.

2. Miedo a las nuevas expectativas

El éxito no es una meta, es un nuevo estándar.
Y eso pesa.

Cuando demuestras que puedes, tú y los demás esperáis que mantengas ese nivel.
Y si dentro de ti hay una voz que dice “no sé si seré capaz”, aparecerá una salida rápida:
romperlo antes.

Si saboteas el proyecto, siempre puedes decir “casi lo logro”.
Si saboteas la relación, siempre puedes decir “no era para mí”.
Si saboteas la oportunidad, siempre puedes decir “no era el momento”.

El autosabotaje protege tu ego:
es menos doloroso fallar “por tu culpa” que asumir que quizás sí eras capaz…
y sostenerlo cada día.

3. Síndrome del impostor en modo avanzado

Cuando el éxito se acerca, choca con una creencia interna:

“No lo merezco.”
“Esto es suerte.”
“Esto es para otros.”

Ese conflicto duele.
Para aliviarlo, tu mente alinea la realidad con la creencia:
provoca el fallo que “demuestra” que no estabas a la altura.

Te dejas a medias.
Llegas tarde.
Respondes mal.
Desapareces.

No es que no sirvas.
Es que hay una parte de ti decidida a probar su propia mentira.

Cómo dejar de bajarte del escenario

Saber esto no basta.
Si solo entiendes el patrón pero no haces nada, el autosabotaje se vuelve más fino.

Aquí van tres movimientos prácticos, simples, brutalesmente efectivos.

Paso 1 · Recupera la acción mínima que abandonaste

Hazte esta pregunta ahora mismo:

“¿Qué estaba haciendo que me hacía bien y dejé justo cuando empecé a mejorar?”

Puede ser entrenar, madrugar, escribir, mostrar tu trabajo, llamar a clientes, cuidar tu energía.
No vuelvas con la versión perfecta.


Vuelve con la
versión mínima viable.

- Si entrenabas 1 hora, hoy haz 5 minutos.

- Si publicabas a diario, hoy publica 1 cosa.

- Si llamabas cada día, hoy llama a 1 persona.

La clave no es el tamaño.
Es mandar un mensaje claro:
“No voy a volver a romper lo que me construye.”

Paso 2 · Conecta con tu “yo” que sí sostiene el éxito

No idealices el éxito como trofeos.
Conéctalo con identidad.

Cierra los ojos un momento y visualiza a esa versión tuya que ya es consistente:

- ¿Cómo camina?

- ¿Cómo responde cuando algo sale mal?

- ¿Qué no negocia?

- ¿Qué límites tiene claros?

No es espiritualidad vacía; es entrenamiento del sistema nervioso.
Cuanto más familiar te resulta esa versión, menos la sientes como amenaza.
Deja de ser “otra persona” y empieza a ser una extensión de ti.

Paso 3 · Habla con tu resistencia (en vez de pelearte con ella)

La próxima vez que aparezca la voz de “mejor no”, “no eres suficiente”, “no des tanto la nota”…
no la calles a golpes.
Haz algo radicalmente distinto:

“Gracias por intentar protegerme.
Pero ahora yo me encargo.
Esto es importante para mí. Estoy a salvo.”

Esa voz es una parte antigua tuya.
No necesita más guerra.
Necesita actualización.

Cuando la reconoces sin dejar que mande, el autosabotaje pierde fuerza.
Tú vuelves al centro.

No le temas a lo bien que te puede ir

El temblor que sientes justo cuando empiezas a despegar no es señal de que debas parar.
Es señal de que por fin estás tocando una versión más grande de ti mismo.

El autosabotaje no es una condena.
Es una alarma.
Una invitación clara a revisar tus creencias sobre lo que mereces, lo que puedes sostener y quién estás dispuesto a ser.

La pregunta no es:

“¿Y si fracaso si sigo?”

La pregunta clave es:

“¿Cuánto más voy a seguir traicionándome justo cuando empiezo a ganar?”

Y si sabes que este patrón se repite una y otra vez en tu vida,
es hora de trabajar tu mentalidad con método, no con fuerza de voluntad.

Ahí es donde entra todo lo que hacemos en esta serie de 7 Golpes de Realidad
y en los procesos avanzados como
Justo Por Eso · El Método y 365 Días de Poder y Crecimiento.

Pero hoy, empieza simple: elige una cosa que habías dejado cuando empezabas a mejorar…
y recupérala
hoy en pequeño.

Ese es tu primer acto de lealtad hacia la persona en la que ya sabes que puedes convertirte.

This site is not a part of the Facebook website or Facebook Inc. Additionally, this site is not endorsed by Facebook in any way. FACEBOOK is a trademark of FACEBOOK, Inc.No creo ni promuevo productos para hacerse rico de la noche a la mañana.

Tampoco puedo prometer resultados y advertimos que nuestros resultados o nuestros testimonios no son resultados típicos y no significa que quien contrate nuestros productos o servicios puedan conseguir resultados similares. Es posible que no se consiga ningún resultado, especialmente si no se pone en práctica lo aprendido.

Es importante entender que el cambio y los resultados parte de uno.

Copyright 2025. Miguel Berenguer. All Rights Reserved.