TRIÁNGULO DE LA EXCELENCIA: CÓMO ENTRAR EN TU MEJOR ESTADO CUANDO MÁS LO NECESITAS

Hay días en los que sabes que tienes recursos, talento y experiencia… pero no apareces en tu mejor versión. Tu mente se dispersa, tu cuerpo se encoge, tu diálogo interno se vuelve tu peor enemigo y sientes que estás rindiendo muy por debajo de lo que sabes que podrías.

No es que “no valgas” ni que “no sirvas para esto”. Es que no estás gestionando tu estado interno. El triángulo de la excelencia es un modelo sencillo y brutalmente práctico que te permite hacerlo: una forma de alinear cuerpo, enfoque y lenguaje interno para entrar en un estado de recursos mucho más potente, en lugar de dejar que el estado te elija a ti.

QUÉ ES EL TRIÁNGULO DE LA EXCELENCIA

El triángulo de la excelencia es un modelo clásico de la Programación Neurolingüística (PNL) que explica cómo se crea tu estado interno a partir de tres elementos que siempre están conectados: tu fisiología (cuerpo), tu enfoque (a qué le prestas atención) y tu lenguaje interno (lo que te dices por dentro).

Cuando uno de estos lados cambia, los otros dos se mueven con él. Si tu cuerpo se desploma, tu enfoque se llena de problemas y tu lenguaje se llena de “no puedo”, tu estado será de bloqueo. Si, en cambio, elevas tu postura, diriges tu atención a recursos y te hablas como a alguien que respetas, tu estado cambia radicalmente.

NO ES MAGIA, ES MECÁNICA INTERNA

El triángulo de la excelencia no es un truco motivacional, es una forma práctica de entender que no eres esclavo de cómo te sientes. Puedes intervenir en cualquiera de los tres vértices para cambiar el conjunto. Eso no elimina los retos, pero te coloca en un estado mucho mejor para afrontarlos.

CUANDO CAMBIAS TU ESTADO, CAMBIA TU RESPUESTA

La mayoría de personas intenta cambiar resultados sin mirar su estado. Repiten la misma conversación, el mismo patrón y el mismo miedo, esperando milagros. El triángulo de la excelencia te permite hacer algo mucho más inteligente: cambiar primero desde dentro para responder distinto fuera.

MICROCLAVE: TU ESTADO ES EL FILTRO DE TODA TU EXPERIENCIA

No ves la vida tal cual es; la ves según el estado desde el que la estás mirando. Cambiar tu estado cambia lo que ves posible.

PARA QUÉ SIRVE Y CUÁNDO USARLO

El triángulo de la excelencia sirve para entrar de forma consciente en un estado de recursos: confianza, claridad, presencia, foco… Ese estado donde sientes que “estás a la altura” de lo que tienes delante.

Puedes usarlo antes de:

• Una conversación difícil.
• Una presentación o ponencia.
• Una negociación o reunión importante.
• Una decisión que llevas postergando.
• Un reto físico o emocional que te saca de tu zona cómoda.

El estado en el que entras a una situación pesa más que la habilidad que tengas.

LOS TRES VÉRTICES: CUERPO, ENFOQUE Y LENGUAJE INTERNO

El triángulo de la excelencia se sostiene en tres pilares:

1. Fisiología (cuerpo): postura, respiración, gestos, tono muscular, mirada.
2. Enfoque (atención): aquello a lo que le das importancia en ese momento.
3. Lenguaje interno: las frases, imágenes y diálogos que tienes contigo mismo.

EL CIRCUITO QUE LO CAMBIA TODO

Cuando activas los tres vértices a la vez en dirección de excelencia, generas un circuito positivo: tu cuerpo comunica poder, tu atención se centra en lo que puedes hacer y tu lenguaje interno te sostiene en vez de sabotearte. Ese circuito genera un estado que multiplica tus recursos.

FISIOLOGÍA: LO QUE HACE TU CUERPO CAMBIA LO QUE SIENTES

Piensa en la postura de alguien desanimado: hombros caídos, mirada al suelo, respiración corta, tono apagado. Ahora piensa en alguien que acaba de lograr algo importante: cuerpo erguido, pecho abierto, respiración más profunda, mirada al frente. El cuerpo habla… y tu mente escucha.

Cuando tu fisiología se colapsa, tu estado se hunde. Cuando la elevas conscientemente, no finges, le das a tu sistema una señal distinta.

CLAVES FISIOLÓGICAS PARA LA EXCELENCIA

• Postura: espalda recta, pecho abierto, pies firmes, cabeza alineada.
• Respiración: más profunda, más lenta, diafragmática.
• Movimiento: pequeño movimiento de hombros, cuello, manos; sacar el cuerpo del bloqueo.
• Mirada: hacia el frente, no al suelo; mirar a las personas, no esconderse.

NO SE TRATA DE POSAR, SE TRATA DE HABITAR TU CUERPO

La idea no es adoptar una pose artificial, sino elegir una postura coherente con el estado que quieres crear. Si quieres sentir más confianza, empieza por ocupar tu espacio con el cuerpo.

ENFOQUE: A DONDE MANDAS TU ATENCIÓN, CRECE

Tu mente siempre está enfocada en algo. Puede estar enfocada en todo lo que puede salir mal, en lo que no controlas o en tus errores pasados. O puede estar enfocada en tus recursos, en posibilidades y en lo que sí depende de ti.

El problema no es tener pensamientos negativos. El problema es convertirlos en único enfoque disponible. El triángulo de la excelencia te invita a preguntarte: “¿Qué estoy mirando ahora mismo? ¿Esto me ayuda a entrar en el estado que necesito?”.

PREGUNTAS PARA REORIENTAR TU ENFOQUE

• ¿Qué sí está bajo mi control en esta situación?
• ¿Cuándo he manejado algo parecido antes y qué hice bien entonces?
• ¿Qué sería lo mejor que podría pasar si doy lo mejor de mí ahora?
• ¿En quién me quiero convertir atravesando esto?

LENGUAJE INTERNO: LO QUE TE DICES CREA TU REALIDAD INTERNA

No hay triángulo de excelencia si por dentro te hablas como a tu peor enemigo. Frases como “seguro la lío”, “no puedo con esto”, “no estoy preparado” no describen la realidad: la programan.

El lenguaje interno de excelencia no es un positivismo ingenuo. No es repetir “soy increíble” mientras tu cuerpo tiembla. Es hablarte con honestidad, pero sin crueldad.

EJEMPLOS DE LENGUAJE DE EXCELENCIA

• “Estoy nervioso, sí, y aun así sé que puedo aportar valor”.
• “No necesito ser perfecto, solo estar presente y dar lo mejor que tengo”.
• “Esto me reta, pero también me hace crecer”.
• “He salido adelante de cosas más difíciles que esta”.

Tu diálogo interno puede ser gasolina o freno de mano. Tú decides cuál será hoy.

CÓMO APLICAR EL TRIÁNGULO DE LA EXCELENCIA PASO A PASO

Aquí tienes una secuencia simple para usar el triángulo de la excelencia antes de un momento importante.

PASO 1: REVISA TU ESTADO ACTUAL

Haz un chequeo rápido: — ¿Cómo está tu cuerpo ahora mismo?
— ¿En qué estás enfocado?
— ¿Qué te estás diciendo por dentro?

PASO 2: AJUSTA LA FISIOLOGÍA

Cambia postura, respira más profundo, mueve el cuerpo. Piensa en cómo se colocaría tu cuerpo si ya estuvieras en tu mejor versión y llévalo ahí conscientemente.

PASO 3: REORIENTA EL ENFOQUE

Deja de mirar solo el peligro y comienza a mirar recursos. Pregúntate: “¿Qué es lo importante de verdad aquí?”. Elige mirar la oportunidad de crecer, no solo el miedo a fallar.

PASO 4: ACTUALIZA TU LENGUAJE INTERNO

Cambia frases de castigo por frases de responsabilidad y apoyo. Habla contigo como hablarías con alguien a quien quieres ver ganar.

PASO 5: SELLA EL ESTADO CON UNA MICROACCIÓN

Haz algo pequeño que encaje con el estado que quieres: levantar la mano, iniciar la conversación, mandar ese mensaje, entrar a la sala. La acción termina de consolidar el estado.

EJEMPLO PRÁCTICO: ANTES DE UNA CONVERSACIÓN IMPORTANTE

Imagina que tienes que tener una conversación incómoda con alguien que quieres. No quieres estallar, pero tampoco quieres callarte más.

1. Fisiología: estás tenso, respiración corta, mandíbula apretada.
2. Enfoque: piensas en todo lo que puede salir mal, en discusiones pasadas.
3. Lenguaje interno: “seguro se lo toma mal”, “no sé cómo decirlo”, “siempre acabo peor”.

Aplicando el triángulo de la excelencia:

• Elevas tu postura, sueltas los hombros, respiras varias veces más profundo.
• Llevas el enfoque a lo que quieres construir: una conversación honesta y respetuosa.
• Te hablas así: “voy a hablar desde el respeto, puedo expresar lo que siento sin atacar”.

¿Desaparecen los nervios? No necesariamente. Pero cambias de un estado de ataque o huida a un estado mucho más disponible para escuchar, sostener la emoción y mantenerte firme en lo que necesitas expresar.

ERRORES COMUNES AL USAR EL TRIÁNGULO DE LA EXCELENCIA

Como cualquier herramienta, el triángulo de la excelencia se puede usar bien… o a medias. Estos son errores típicos:

USAR SOLO UN VÉRTICE Y OLVIDAR LOS OTROS DOS

Por ejemplo, mejorar postura pero seguir enfocado en el desastre y hablándote fatal. El efecto será limitado. La fuerza del modelo está en alinear los tres lados.

QUERER SENTIRTE “SUPERHUMANO” AL INSTANTE

El triángulo no te convierte en un robot sin emociones. Te ayuda a estar más presente y más recursoso, incluso con nervios, tristeza o miedo. La excelencia no es ausencia de emoción, es capacidad de elegir tu respuesta.

USARLO SOLO EN MOMENTOS EXTREMOS

Mucha gente lo activa solo en situaciones “de vida o muerte mental”: exámenes, presentaciones, charlas clave. Funciona mucho mejor cuando lo entrenas también en lo cotidiano.

MICROPRÁCTICAS DIARIAS PARA ENTRENAR LA EXCELENCIA

Igual que no vas al gimnasio una vez y esperas estar fuerte para siempre, tu estado interno se entrena. Aquí van ideas simples:

• Al levantarte, adopta durante 30 segundos una postura de apertura y poder.
• Antes de una llamada, haz 3 respiraciones profundas y pregúntate: “¿Desde qué estado quiero entrar?”.
• Cada vez que notes un pensamiento autodestructivo, cámbialo por una frase que te responsabilice sin castigarte.
• Termina el día revisando un momento en el que estuviste en buena versión y anota cómo estaba tu cuerpo, tu enfoque y tu lenguaje interno.

La excelencia se entrena en lo cotidiano, no solo en momentos extraordinarios.

TRIÁNGULO DE LA EXCELENCIA Y TOMA DE DECISIONES

Decidir en estado de miedo y contracción no es lo mismo que decidir en estado de presencia y recursos. El triángulo de la excelencia y cualquier método de toma de decisiones (como ESPERANZA) se potencian mutuamente.

Si, antes de aplicar tu método de decisión, ajustas cuerpo, enfoque y lenguaje, la calidad de tus respuestas cambia. Ya no decides desde la urgencia de quitarte un dolor de encima, sino desde la claridad de quién quieres ser a largo plazo.

CÓMO APLICARLO EN RELACIONES, TRABAJO Y RENDIMIENTO

• Relaciones: usarlo antes de poner un límite, pedir algo importante o escuchar algo que te duele. Llegas más disponible, menos reactivo.
• Trabajo: antes de reuniones, presentaciones, entrevistas, ventas. Entrar en estado de excelencia marca la diferencia en cómo transmites y negocias.
• Rendimiento físico o creativo: antes de entrenar, crear, escribir, tocar un instrumento… Tu cuerpo, tu enfoque y tu diálogo interno son el escenario donde se juega todo.

PLAN DE 3 PASOS PARA EMPEZAR HOY

1. Elige un momento concreto de mañana
Puede ser una llamada, una reunión, una conversación o un reto personal pequeño.

2. Diseña tu triángulo de excelencia para ese momento
Anota: ¿cómo estará tu cuerpo?, ¿en qué te vas a enfocar?, ¿qué vas a decirte por dentro?

3. Aplícalo y luego revisa
Después de la situación, revisa qué cambió respecto a otras veces. Ese feedback te servirá para ajustar y repetir.

CÓMO PROFUNDIZAR Y ENTRENAR TU ESTADO INTERNO

Leer sobre el triángulo de la excelencia te abre los ojos. Entrenarlo de forma acompañada y aplicada a tu vida real es lo que marca la diferencia en tus resultados.

En El Poder de Decidir y en mis procesos, trabajamos precisamente esto: tu capacidad de gestionar tu estado, decidir desde tu mejor versión y sostener acciones coherentes incluso cuando hay miedo, presión o incertidumbre.